
Mudarse al extranjero a menudo significa dominar el arte de la ingeniosidad. ¿Por qué gastar una fortuna en muebles que podrías conseguir baratos—o incluso gratis? Aquí tienes tu guía de expatriado inteligente para crear tu propio “hogar dulce hogar” sin vaciar tu presupuesto.
Atento a las ventas de expatriados para amueblar barato
¿Te mudas al extranjero? Piensa en quienes van en la dirección contraria. Es una de las mejores maneras de encontrar gangas. Las redes sociales y los sitios de anuncios clasificados están llenos de publicaciones de expatriados que no se llevan su sofá, bicicleta o armario. Los que tienen prisa venderán encantados sus muebles por una fracción del precio o los regalarán si tienes suerte.
Y no se trata solo de artículos grandes. Incluso algo tan pequeño como una tetera puede acabar en sitios de segunda mano. Quienes se marchan quieren viajar ligero y no se molestarán en cargar con lo innecesario. Esa es tu oportunidad para comprar con inteligencia.
Sitios web de segunda mano y anuncios clasificados
No te limites a las ventas “para expatriados”. Revisa también sitios locales y especializados de segunda mano, con anuncios clasificados sobre muebles usados y electrodomésticos de segunda mano. Los anuncios pueden provenir de vendedores particulares o de revendedores profesionales.
Cada país tiene sus páginas de referencia donde locales y expatriados venden sus cosas. En el Reino Unido, mira , o . En Francia, prueba (el líder del mercado), o . También puedes navegar por plataformas internacionales como . Pregunta a locales y a otros expatriados por recomendaciones de los mejores sitios. Solo recuerda mantenerte alerta—nadie está inmune a las estafas.
Los grandes minoristas también apuestan por la segunda mano
¿No te gusta recorrer mercados o pasar horas en línea buscando un sofá? Muchas grandes marcas de muebles—especialmente aquellas con presencia internacional—ya venden productos de segunda mano.
La ventaja es que normalmente no tienes que preocuparte por el transporte, y a veces incluso ofrecen instalación. Dicho esto, revisa siempre los términos y condiciones de la tienda—el montaje suele costar extra, y la entrega gratuita depende del vendedor y del artículo.
Algunos expatriados prefieren la naturaleza “impersonal” de comprar en una tienda—sin largas historias sobre la vida y milagros de la silla que compras. Comprar en un comercio también puede ser más seguro: los muebles y electrodomésticos están limpiados, revisados y garantizados en buen estado de funcionamiento.
Economía circular: prueba el trueque entre expatriados
Otros expatriados apuestan de lleno por la economía circular. Recorren mercados, se unen a asociaciones y prefieren intercambiar en lugar de comprar.
El trueque también se ha digitalizado. Para quienes prefieren intercambiar en vez de gastar, los beneficios son claros—es una forma de mantener las transacciones libres de dinero. Los eventos de intercambio pueden ser presenciales, reuniendo a expatriados y locales para compartir historias—no solo sobre los muebles en sí, sino sobre sus dueños pasados y futuros.
Para muchos, el trueque consiste en reconstruir lazos sociales y hacer amigos. También ayuda a evitar el desorden—la gente entrega lo que ya no necesita y toma solo lo que le resulta útil. En la misma línea, algunos expatriados optan por alquilar herramientas o equipos que solo usan de vez en cuando.
¿Deberían premiarse los expatriados ecológicos?
¿Deberían los países introducir incentivos fiscales para impulsar la economía circular? La idea está ganando fuerza. A pesar de los avances con la iniciativa “Reducir, Reutilizar, Reciclar” lanzada por el primer ministro japonés Koizumi en 2004, un estilo de vida completamente de segunda mano aún está lejos de ser la norma. Las tres erres incluso se han ampliado para incluir “Reparar”.
Pero usar un artículo reparado o reacondicionado aún no es algo natural—muchos expatriados y locales siguen temiendo que no funcione bien o no esté en buen estado.
Al mismo tiempo, los expatriados son cada vez más conscientes de su impacto ambiental. Ahora evalúan un país de acogida no solo por sus oportunidades económicas, sino también por sus políticas medioambientales. ¿Podría un incentivo fiscal para comprar de segunda mano invertir la tendencia—reduciendo las compras nuevas (especialmente la moda rápida y los caprichos) y fomentando en su lugar los bienes de segunda mano? El debate sigue abierto. Algunos países, como Canadá, cuentan con medidas “verdes”, pero no necesariamente exigen compras de segunda mano para muebles.
Nuestros consejos para instalarte con inteligencia
Para asegurarte de no perderte las mejores ofertas, comienza tu búsqueda antes incluso de mudarte. Inscríbete en foros de expatriados, únete a comunidades locales y haz una lista de sitios de compraventa entre particulares y de grandes minoristas que ofrezcan productos de segunda mano.
Una vez llegado, ajusta tu red en función de lo que buscas. Algunas personas aún creen que segunda mano significa defectuoso—es hora de cuestionar esa idea. Hoy puedes encontrar una amplia gama de muebles y equipos asequibles en perfecto estado de funcionamiento.
Mantente precavido. No bajes la guardia solo porque compras a un profesional—revisa siempre las condiciones de venta. Lo mismo vale para las transacciones privadas. Si compras a distancia, pide fotos adicionales.
Desconfía de las ofertas que parecen demasiado buenas para ser verdad. Incluso si no conoces bien el mercado local, aún puedes hacerte una idea del valor de un artículo. Un armario “mejor que nuevo” vendido por unas monedas debería hacer saltar una alarma.
Aprovecha tu red de contactos. Pregunta a amigos—y a los amigos de tus amigos—si conocen a expatriados que estén por mudarse. Si su salida es inminente, probablemente consigas una gran oferta.