Sin salida al mar y mayormente desértico, Mali se encuentra en África Occidental, cuenta con 1,25 millones de km² , siendo uno de los países más grandes del continente. Durante siglos, su ciudad norteña de Tombuctú fue un centro de cultura islámica y un importante punto de comercio en la región. Sus paisajes áridos, magníficos monumentos y remotas aldeas Dogon, que se adhieren a los acantilados, son un espectáculo para la vista. Sin embargo, la mayoría de las extensiones de Mali ahora están fuera del alcance de los viajeros, y el país está luchando para cuidar a sus 18 millones de ciudadanos.
El Islam ha sido históricamente una religión que ha coexistido pacíficamente con otras creencias, como el cristianismo, el animismo o el sufismo. Diferentes grupos étnicos también han vivido siempre en relativa armonía, y aún se hablan más de 50 idiomas, aunque el francés es el idioma oficial y Bambara es el más extendido. Sin embargo, los levantamientos de los grupos islamistas radicales en el norte han destrozado la reputación de la tolerancia del país y los conflictos han amenazado la cultura del país que alguna vez fue inclusiva.
La prestación de servicios en este grande pero escasamente poblado país es un desafío y aumenta la falta de cohesión social. A pesar del considerable potencial agrícola del país y de las bondades del río Níger, que proporciona irrigación para la agricultura y abundantes peces, el alto crecimiento de la población y la sequía han alimentado la inseguridad alimentaria y la pobreza
Como resultado de tener una economía muy poco diversificada, la agricultura y el oro son sus sectores primarios y contribuyen alrededor del 40% del PIB, Mali es vulnerable a las fluctuaciones de los precios de los productos básicos y los efectos del cambio climático. La seguridad es esencial para garantizar la recuperación económica, que es menos probable que se logre si el acuerdo de paz colapsa o si hay algún fallo en el gobierno. Los sectores del turismo y la hostelería ya han superado la peor parte de las crisis más recientes. Sin embargo, hasta la fecha, la agricultura extensiva, la inversión pública y las actividades de extracción de oro han ayudado al país a mantener una tasa de crecimiento relativamente constante a pesar de sus problemas.
El sector industrial de Mali sigue siendo limitado, y se compone principalmente de pequeñas empresas de propiedad privada y algunas grandes empresas de extracción de algodón, electricidad y minas. Sin embargo, todavía hay algunas oportunidades para los expatriados, ya que se prevé que la economía de Ѳí crecerá entre 2017 y 2019, y el reciente aumento de la ayuda internacional debería comenzar a reducirse. Esta favorable perspectiva económica fomentará una democracia funcional y una situación política y de seguridad estable, donde Ѳí puede volver a ser conocida por su arquitectura única y música cautivadora, con músicos de Ngoni y Kora tocando a multitudes de todas las etnias en la capital de Bamako.
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